Ayudas rehabilitación residencial: confort térmico
El periodo de confinamiento dejó de manifiesto los problemas en nuestros hogares, entre ellos el confort térmico, donde se vieron las consecuencias de disponer de un aislamiento térmico insuficiente o, en algunos casos, nulo, sumado, tal vez, a ventanas mal selladas. Esa situación excepcional confirmó que pasamos un alto porcentaje de nuestras vidas en espacios cerrados. Entonces, ¿no deberíamos acondicionar estos espacios para sentirnos los más confortables posibles? Además de afectar a nuestra salud, un confort térmico deficiente también afecta negativamente a la economía de las familias. La cantidad de energía utilizada en la vivienda para su climatización se podría reducir con un aislamiento térmico adecuado en cubierta o fachada, como por ejemplo con la incorporación de los paneles SOPRA XPS.
Como dato relevante, los edificios no aislados térmicamente llegan a perder hasta un 50% de la energía y, generalmente, esta problemática se concentra en edificios antiguos. Por ejemplo, en los 35 municipios del área metropolitana de Barcelona suman en torno a 424.147 viviendas construidas antes de 1981, lo que supone el 70% de todo el parque inmobiliario en la provincia.
Por eso, uno de los objetivos que podemos fijarnos a la hora de renovar nuestra vivienda o edificio es la rehabilitación energética, para limitar así el consumo de energía para la climatización del edificio en el cual trabajamos o vivimos.
Para promocionar e incentivar esta rehabilitación energética, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), ofrece varias ayudas económicas que se enmarcan en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea mediante los Fondos NextGenerationEU. En total se ofrecen 660 millones de euros entre las distintas Comunidades y Ciudades Autónomas y las distintas líneas de ayuda, siendo el 31 de diciembre de 2023 la fecha límite para presentar solicitudes.
Concretamente este tipo de ayudas se focalizan en el l autoconsumo y almacenamiento, con fuentes de energía renovable, así como a la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial.
La eficiencia energética se consigue con la combinación de las siguientes estrategias:
- Mejora de la envolvente térmica, en las superficies opacas: consiste en calcular el aislamiento térmico necesario para cumplir con la transmitancia térmica indicada en el Código Técnico de la Edificación (CTE) de los elementos exteriores que protegen el edificio (fachada, cubierta, muros y soleras), y con el objetivo en mente de conseguir el edificio de Energía casi Nula (EECN), adaptándose al cambio climático donde se prevé exposición a olas de calor cada vez más intensas año tras año. Así mismo, también consiste en detectar y evitar al máximo los puentes térmicos, aquellos puntos por donde perdemos o ganamos temperatura según la estación del año.
- La incorporación de un nuevo aislamiento térmico se puede hacer por el exterior (SATE) o por el interior de la vivienda de acuerdo con la morfología de las fachadas o cubierta y/o las limitaciones de espacio que se puedan tener.
- La sustitución de ventanas poco eficientes térmicamente por unas con alta eficiencia térmica que ayudan a ahorrar hasta en un 20% de energía. Estas ventanas deben asegurar la hermeticidad, disponer de un vidrio de calidad con buena capacidad de aislamiento y los perfiles con rotura de puentes térmicos.
- Utilización de equipos de climatización eficientes de bajo consumo.
- Por último, integración de las fuentes de energía renovables, para conseguir la independencia energética de los combustibles fósiles.